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jueves, 31 de marzo de 2011

Tiempos de guerra

El guerrero despertó, después de su largo descanso había acabado la batalla, había acabado el terror.
Muchos de sus compañeron no habían sobrevivido, eso seguro, aunque aún no había comprobado quién si lo había hecho. La verdad, después de la batalla en la que todos habían quedado agotados, y de recoger y ayudar a los heridos, sólo le había dado tiempo a volver al campamento, quitarse la pesada armadura y caer dormido en el catre.
Esta tienda es lo primero que ve al despertar, ya descansado, ahora hambriento. De golpe recuerda el día anterior, la batalla, la sangre, la muerte...
Con un suspiro se levanta, al menos estaba casi ileso, apenas dos o tres heridas superficiales que no le causarán mucho daño, había tenido suerte, a diferencia de algunos de los que estaba  alrededor, heridos, moribundos, casi muertos...
Ahora, el soldado se dirige a buscar algo de comida mientras piensa en las batallas que quedan por librar, en que no tendrá tanta suerte y al final acabará como sus compañeros... Al menos habían conseguido ganar esta.

martes, 15 de marzo de 2011

Imaginación

Ariadne se despertó sobre la hierba verde  de una pradera, sentía el frío del contacto de las plantas sobre su piel, la suave brisa le traía el aroma de la vegetación y del ganado que seguro había cerca... También sentía el calor del sol en la cara, como una caricia que llamaba a la vida.
 Ella, estando allí sentía la libertad, la alegría, pero temía abrir los ojos y pensar que todos estos sentimientos habían sido un sueño.
Poco a poco decidió abrirlos, primero uno y luego otro, y allí estaba, no había sido un ilusión, lo primero que vió fue un cielo despejado, con bellas nubes de algodón que formaban figuras muy familiares para ella: un conejo, una paloma, una flor, una muñeca...
Se quedó un tiempo observando detenidamente cada una de aquellas formas tan familiares y cercanas. Cuando ya se cansó de verlas se levantó, para conocer lo que había a su alrededor; antes había acertado bastante, estaba en una pradera verde, que llegaba hasta donde alcanzaba la vista, sobre la que había ciertas flores que daban la impresión de adornar aquel gran manto, el viento soplaba, y a lo lejos se podían descubrir, si se miraba con atención algunas cabezas de ganado, ella creía que eran vacas.
Ariadne no sabía que hacer así que se dirigió hacia allí. Mientras se acercaba, podía ver nuevos detalles del lugar, había algunos pájaros que habitaban entre las hierbas y en el sur , muy lejos se adivinaba un bosque.
Cuando llegó hasta cerca de las vacas, un chico que se encontraba cerca de llas, y en el que no había reparado hasta entonces se acercó a Ariadne.
Él era bastante alto y delgado, su pelo era moreno,y su piel estaba bronceada por el sol, al ver sus manos se podía adivinar que trabajaba en el campo, Sus labios formaban una línea en la que se formó una sonrisa, pero lo más extraño de él eran sus ojos, eran de color oro, y sus pupilas eran delgaadoas como las de un gato.
"Que suerte que no es un sueño" pensó ella.
 Entonces, desde la garganta del chico salió una voz grave:
-Te equivocas.
Entonces Ariadne despertó.

lunes, 14 de marzo de 2011

La Señora de los Lobos

Era una noche fría y clara de invierno, la luna llena brillaba en todo su explendor con aquella luz plateada que asombraba a las bestias y enamoraba a los hombres; el cielo estaba repleto de estrellas que con su tímida luz dorada sorprendía al que las mirara, por mucho que las huieras visto; era la clase de cielo que podrías mirar durante horas.
En el valle donde caía aquella luz en  todo su explendor, los lobos corrían, a través de la nieve que había caido la noche anterior, cubriendo el tupido bosque, ya que deseaban observar la hermosa luna y adorarla con sus cantos.
Poco a poco, la gran manada de lobos, los guardianes del valle, llegaron desde todos los rincones de este hasta un claro, donde la vegetación dejaba paso a un lago de aguas cristalinas, en el que la luna se reflejaba completamente, como si fuera en un espejo.
Muchos de los lobos ya habían llegado, pero no comenzaron con sus cantos, si no que esperaron pacientemente y en silencio hasta que aparecieran sus compañeros, ellos también debían ayudar en el canto.
Cuando la manada estaba al completo, uno de los lobos, el más anciano de todos, hizo que saliera de su garganta un sonoro aullido, sus compañeros le siguieron y el valle, antes silencioso, se llenó con los cantos hechizantes de los lobos. Si alguien se hubiera fijado, ahora habría podido ver a la Luna sonreir conmovida al oirlos.
Entonces, el refejo de la luna en el lago se rompió con una suave honda, que pronto se transformó en una figura humana, una joven de belleza sin igual que bailaba sobre las aguas del lago al ritmo de la música de los lobos. Quien lo hubiera visto, habría pensado que era cosa de magia, y no iría muy desencaminado, era el espíritu de la Señora del Valle y de todos sus habitantes.
El tiempo fue pasando, y la noche dió paso a un día claro, y cuando el primer rayo de luz golpeó a la bella bailarina de agua, se deshizo hasta la proxima luna llena, en la que los Lobos, sus fieles seguidores la volverían a llamar.

domingo, 13 de marzo de 2011

Pensamientos

Sabes amigo mio, ayer la vi. Como siempre, ella estaba maravillosa, con su cabello rubio, que  parece que juega a atrapar la luz del sol con cada una de las finas hebras que lo forman, sus ojos azulados como el agua de un arroyo de las montañas en una mañana clara, sus labios rojos como la sangre de un recien  nacido, pura y limpia, al igual que su conciencia...
La verdad, no se cómo expresarlo, me es dificil hablar de ella sin desear tenerla, besar cada parte de su piel...
Ella es mi cruz, sabes, y lo más triste es que sé que no me quiere: ¿Sabes por qué?
Porque ya me lo ha dicho más de una vez, porque ella ama a otro.
Dicen que un clavo saca a otro clavo, pero no es así, yo intente sacarla y la metí más adentro, y me dolió más que si  me hubiera quedado como estaba.