Guerrera

Ella era una mujer especial, alguien sorprendente, alguien diferente, y dificil de encontrar. Casi todos son hombres los que se dedican a la guerra, los que matan a dragones, los que salvan a doncellas, pero ella se ha sabido hacer un hueco en muy poco tiempo en este gremio en el que es tan extraño ver mujeres.
En este mundo de Avalon ella se considera una superviviente, alguien que ha conseguido mejorar su calidad de vida sin aatarse a alguno de los hombres que lo rigen.
Lo raro de esta mujer es que ademas de sorprendente e inteligente es bella, muchos hombres son los que se han enamorado de ella y de su destreza con la guadaña, ya que es su arma favorita, y la domina a la perfeción, aunque esos hombres nunca lo admitiran por orgullo...

Ciudad de papel

Una calle desierta de una ciudad fantasma, abandonada apenas unos días antes, pero destruida de todas maneras. Los edificios antes completamente nuevos ,están agrietados, rotos o derrumbados, de tal manera que ya nadie será capaz de vivir en ellos. Montañas de escombros se agolpan entre los edificios, restos de una antigua gran ciudad que ahora no resurgirá, demasiado peligroso para los habitantes, demasiadas vidas rotas, demasiadas ilusiones destruidas...
Si alguien quitara los escombros podría ver cadáveres, muchos cadáveres de loa antiguos habitantes de la ciudad, personas que perdieron la vida aplastados en los escombros. Escombros que podrián seguir siendo edificios, que podrían seguir protegiendo a sus moradores, si no los hubieran construido mal. ¿Cuántas vidas se han perdido por ganar un poco de dinero?¿Es que acaso la vida humana no vale más que nada? Seguramente muchos piensen que no lo vale, yo no lo comparto.

Infierno

El infierno, siempre dicen que allí hace mucho calor, que corren ríos de lava y sangre, que jamás ves la luz, que allí te torturan de tal manera que desearías estar muerto...
Yo no pienso que sea así, da lo mismo cuanto te torturen, cuanto te quiten. pero el infierno es diferente a eso que describen en los libros, no es tan tangible, es algo más emocional, eso seguro.
 Mi abuelita decía que las heridas de cuerpo se curan, cierran con el tiempo, y poco a poco las acabas olvidando,  pero que las del alma se quedan ahí, comiendote por dentro, creciendo, y haciendote más daño, son esas que nunca olvidas, aquellas por las que deseas venganza o consuelo. Si alguien consigue hacerte muchas de esas heridas, si alguien consigue amenazarte hasta estar mas que muerto, y hacer que las vidas de aquellos que amas sólo valgan para hacerte heridas y acabar contigo, estonces esa persona será tu diablo porque habrá creado tu infierno. 



Por esta misma razón los grandes, la gente peligrosa se separa de las personas que quieren, los quieren en la distancia, pues la distancia les protege mejor que un ejército de guardaespaldas.

Los peligros de la selva

La cascada era un lugar tranquilo, nadie solía estar allí, y menos durante la noche. Aquel lugar estaba a varios días de viaje de los pueblos más cercanos; normal , la verdad, teniendo en cuenta que aquel bosque, en el medio del cual se hubicaba la cascada, era uno de los más peligrosos del mundo, y si no eras fuerte, si no conocías la magia, jamá sobrevivirías allí. Había multiples peligros, bestias imposibles de encontrar en otros lugares, incluso las propias plantas ansiaban comer a alguno de los desprevenidos visitantes que andaban por su hogar.
 En este bosque era facil perderse, todo iba en contra tuya, todo era igual, pocos puntos como la cascada se diferenciaban en algo de los demás, ya que en esa zona la vegetación cambiaba, ya no tan exuberante, tan alta, tan sorprendente como en otras partes de la selva. Esta zona era ordenada, sus arboles eran más bajos y estaban más separados, formaban claros donde crecían las flores de tantos colores y formas que sería imposible describirlas todas, además eran tan raras que incluso los más prestigiosos biólogos del mundo jamás las habían visto, a pesar de que había varias leyendas sobre ellas. Al ser una zona tan rara, sus peligros eran aún mayores, pues existían grandes depredadores que día y noche acababan con cualquier criatura que existiera en su hábitat, por ello sólo a un loco o a uno de los mejores guerreros del mundo se le ocurriría acercarse a este lugar en plena noche, cuando despiertan las feroces criaturas de la noche.
En este lugar tan peligroso un hombre se defendía de sus atacantescon extema facilidad, serpientes gigantes con escamas que resistirían cualquier golpe normas, serpientes con alas que eran capaces de desplazarse a gran velocidad, insectos de todo tipo que atacaban en grupo y acababan con cu presa en a penas segundos, plantas carnívoras con tamaño capaz de tragarse a un elefante de un soso bocado ...Todos deseosos de comerse a él o a alguno de los otros depredadores.
Su lucha apenas duró unos minutos, y él no recibió ni un solo daño, las criaturas de la noche se rindieron, viendo que podían alimentarse de los cadaveres de sus aliados.

Historias de miedo

-Un susurro en la noche, su respiración; un brillo en la oscuridad, sus ojos; unos ojos que miran dentro de la mente de las personas, que son capaces de leer sus mas sinceros sentimientos y pensamientos, capaces de captar toda una vida en apenas un instante, y despues no habrá nada, esa es la realidad...- susurró con voz tétrica Elena, una joven de rostro moreno y pelo oscuro, no muy gorda y tampoco muy alta- jijiji, ese es el principio de la leyenda del Guerrero Herrante, si quereis puedo contarla esta noche...
- No, mejor que no- la cortó su amiga Nadia, la adolescente que andaba junto a Elena, una chica pálida y delgada,casi extremadamente, lucía un pelo de color oro y unos ojos del color del mar en un día claro; ella ya la conocía, a diferencia de las otras chicas que andaban junto a ellas, le encantaban las historias de terror, y esa en especial, su abuelo siempre se la contaba antes de morir, y  ella la sabía contar sorprendentemente bien. También sabía que si se la contaba sus nuevas amigas tendrian mucho miedo, siempre pasaba cuando oían esa historia por primera vez...- ¿y si les cuentas la del Vasallo del Diablo?
-Pero la otra es mejor- respodió.
-Haz lo que quieras, total, siempre lo haces- accedió Nadia.

La ciudad del crimen

Era un día claro, el sol calentaba con fuerza las dunas del Gran Desierto haciendo que fuera insoportable para cualquier ser vivo andar bajo él.
Mientras en uno de los grandes oasis, donde había aparecido siglos antes una de las ciudades más importantes de la zona,la vida despertaba como todos los dias. Aquella ciudad era se llamaba Solaria, la ciudad donde nunca llueve y siempre hay agua, aunque también la ciudad del crimen y de las mentiras, pues estaba poblada por bandidos retirados tras un gran golpe y mercaderes que se aprovechaban de sus fortunas. En esta ciudad prevalecia la ley del mas fuerte, los débiles no duraban mucho si no eran protegidos por otros, por eso , desde pequeños, los niños intentaban unirse a alguno de los clanes para conseguir sobrevivir, aunque para ello tuvieran que matar, robar, violar... Mejor que otros sufran y no ellos.
Así que bajo los tejados de paja, entre las paredes de adobe, no había nadie que no hubiera acabado con la vida de otra persona y superara la adolescencia.
Cruzar el Gran Desierto es dificil, no se puede realizar por la superficie, el calor y las bestias matan al valiente que lo intente. Sólo hay una manera de hacerlo, y quizas sea por eso que ningún ejército ha intentado todavía capturar a los numerosos bandidos que pueblan el lugar, ningún Reino ha conquistado Solaria, apesar de que no tiene murallas. La única manera de cruzar el Gran Desierto es a través de la gran red de túneles que lo atraviesan, que conectan todos los oasis del desierto y varias ciudades al borde del desierto, estos túneles son un laberinto que unicamente los que lo conocen bien son capaces de cruzar, y todos los bandidos buscan a estos guías y los pagan bien para que les muestren el camino.

Tiempos de guerra

El guerrero despertó, después de su largo descanso había acabado la batalla, había acabado el terror.
Muchos de sus compañeron no habían sobrevivido, eso seguro, aunque aún no había comprobado quién si lo había hecho. La verdad, después de la batalla en la que todos habían quedado agotados, y de recoger y ayudar a los heridos, sólo le había dado tiempo a volver al campamento, quitarse la pesada armadura y caer dormido en el catre.
Esta tienda es lo primero que ve al despertar, ya descansado, ahora hambriento. De golpe recuerda el día anterior, la batalla, la sangre, la muerte...
Con un suspiro se levanta, al menos estaba casi ileso, apenas dos o tres heridas superficiales que no le causarán mucho daño, había tenido suerte, a diferencia de algunos de los que estaba  alrededor, heridos, moribundos, casi muertos...
Ahora, el soldado se dirige a buscar algo de comida mientras piensa en las batallas que quedan por librar, en que no tendrá tanta suerte y al final acabará como sus compañeros... Al menos habían conseguido ganar esta.